La tarea educativa por excelencia es ayudar al alumno a que sepa buscar, preguntar y descubrir el sentido de su vida. Y nosotros, como educadores, podemos acompañar ese viaje, ayudando a que descubran su propósito y llevarlo a término. Pero no se trata solo de acompañar, sino de ser acompañado, de ahí que el acompañamiento educativo debamos convertirlo en un paradigma cultural dentro del centro. Mirada, escucha, comunidad, diálogo, entrega, formación…, son conceptos que deben estar presentes y activos en nuestro quehacer diario.